El sueño escondido
Autoevaluación:
Título: EL SUEÑO ESCONDIDO
El título de mi máscara deriva directamente de la definición de la misma, que para mí guardaba mucha relación con el mundo onírico y a la vez con la capacidad que nos brinda para ocultarnos tras ella.
También está estrechamente ligado al relato que escribí; el cual empieza con los sueños de una joven y sus ganas de vivir aventuras y acaba por convertirse en un hermoso recuerdo de las cosas fantásticas que vive a lo largo de su viaje.
La idea de hacerla de este modo surgió del propio relato, el cual leí varias veces, y una vez más aproveché los cinco objetos que tan personales son para mí.
Quise jugar a su vez con la idea de que la máscara no debía reflejar un espacio temporal en movimiento y por eso escogí como soporte una tabla de madera, que fue parte de un ser vivo en continúo crecimiento y cambio, y que al ser talado dejó de realizar todas sus funciones vitales, como si se hubiese quedado anclado en el tiempo.
Por eso también utilicé la arena, que me recordaba a un reloj de ese material, pero la pegué al soporte firmemente con cola y quedó rígida, perdiendo así esa cualidad que tiene la arena de meterse por cualquier lado y moverse fácilmente por la pequeña dimensión de los granos.
Y por último recurrí a la frase: "Y en ese instante el tiempo se detuvo", que aparte de estar relacionada con varios momentos del relato, refleja exactamente lo que quería, que todo permaneciese quieto y sin cambios.
El tamaño de la obra fue más aleatorio y surgió ese.
El proceso constructivo comenzó por pintar la tabla con un tono tierra que h mantenido a lo largo de todo el trabajo porque me recuerda al desierto que aparece en mi relato.
Luego escribí la frase raspando la pintura, y lo hice empezando por el margen derecho y con dirección de derecha a izquierda ya que la traduje al idioma árabe y en su cultura se escribe de ese modo.
Lo siguiente fue pintar la cachimba, que es uno de mis objetos; pero antes de comenzar a pintarla hice una serie de bocetos, unos seis, para hacerme una idea de cómo iba a quedar y decidir la composición final; si se vería entera, solo una parte, la inferior, la superior, etc.
Una vez decidido realicé una plantilla y comenzó el proceso de pintado.
A continuación di dos capas de cola a toda la superficie para mejorar el acabado y una vez seca dibujé la nube de humo, la cual recubrí de cola y sobre la que espolvoreé la arena.
Cuando la cola se secó, retiré la arena sobrante.
Por último fabriqué el saquito con un trozo circular de loneta, y en su interior vertí cera derretida, haciendo referencia al portavelas de la protagonista del relato, y metí el resto de mis objetos. Lo cerré con el lazo dorado y lo colgué de la parte superior de la tabla.
El proceso en sí no fue complicado y no tuve que hacer ninguna corrección importante, pero fue una poco costoso. Aunque ciertamente quedé satisfecha con el resultado.
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