martes, 30 de octubre de 2012

MÁSCARA

El sueño escondido





Autoevaluación:

Título: EL SUEÑO ESCONDIDO

El título de mi máscara deriva directamente de la definición de la misma, que para mí guardaba mucha relación con el mundo onírico y a la vez con la capacidad que nos brinda para ocultarnos tras ella.
También está estrechamente ligado al relato que escribí; el cual empieza con los sueños de una joven y sus ganas de vivir aventuras y acaba por convertirse en un hermoso recuerdo de las cosas fantásticas que vive a lo largo de su viaje.

La idea de hacerla de este modo surgió del propio relato, el cual leí varias veces, y una vez más aproveché los cinco objetos que tan personales son para mí. 
Quise jugar a su vez con la idea de que la máscara no debía reflejar un espacio temporal en movimiento y por eso escogí como soporte una tabla de madera, que fue parte de un ser vivo en continúo crecimiento y cambio, y que al ser talado dejó de realizar todas sus funciones vitales, como si se hubiese quedado anclado en el tiempo.
Por eso también utilicé la arena, que me recordaba a un reloj de ese material, pero la pegué al soporte firmemente con cola y quedó rígida, perdiendo así esa cualidad que tiene la arena de meterse por cualquier lado y moverse fácilmente por la pequeña dimensión de los granos.
Y por último recurrí a la frase: "Y en ese instante el tiempo se detuvo", que aparte de estar relacionada con varios momentos del relato, refleja exactamente lo que quería, que todo permaneciese quieto y sin cambios.
El tamaño de la obra fue más aleatorio y surgió ese.

El proceso constructivo comenzó por pintar la tabla con un tono tierra que h mantenido a lo largo de todo el trabajo porque me recuerda al desierto que aparece en mi relato.
Luego escribí la frase raspando la pintura, y lo hice empezando por el margen derecho y con dirección de derecha a izquierda ya que la traduje al idioma árabe y en su cultura se escribe de ese modo.
Lo siguiente fue pintar la cachimba, que es uno de mis objetos; pero antes de comenzar a pintarla hice una serie de bocetos, unos seis, para hacerme una idea de cómo iba a quedar y decidir la composición final; si se vería entera, solo una parte, la inferior, la superior, etc.
Una vez decidido realicé una plantilla y comenzó el proceso de pintado.
A continuación di dos capas de cola a toda la superficie para mejorar el acabado y una vez seca dibujé la nube de humo, la cual recubrí de cola y sobre la que espolvoreé la arena.
Cuando la cola se secó, retiré la arena sobrante.
Por último fabriqué el saquito con un trozo circular de loneta, y en su interior vertí cera derretida, haciendo referencia al portavelas de la protagonista del relato, y metí el resto de mis objetos. Lo cerré con el lazo dorado y lo colgué de la parte superior de la tabla.

El proceso en sí no fue complicado y no tuve que hacer ninguna corrección importante, pero fue una poco costoso. Aunque ciertamente quedé satisfecha con el resultado.


martes, 16 de octubre de 2012

Ejercicio 3: LA MÁSCARA

Artistas que trabajan con la idea de la máscara

He encontrado una exposición en la que una serie de artistas trabajo con el tema de la máscara. La exposición tuvo por nombre: Máscaras "entre lo humano y lo divino" y se desarrolló en Diciembre de 2011.
Participaron numerosos expositores: Patricia Aban / Juan Aliaga / Gabriela Canteros / Julieta Caorlin / Daniel Dorado / Cecilia Espinoza / Sebastián López / Silvia Maza / Gabriela Ortega / Lorenzo Toro / Walter Valdivieso / María Soledad Ochoa / Yedelmira Viltes

Algunos ejemplos de su trabajo:









Aquí se pueden ver algunos más:

Otros artistas, de los que vimos algún ejemplo en clase son Romuald Hazoumé y Calixte Dakpogan.
Otros trabajos de estos artistas:



Bertjan Pot, artista holandés, tiene un estudio de diseño especializado en objetos del día a día. La atrae el modo en que los productos del hogar están relacionados con sus usuarios. La idea de Pot era crear una alfombra cosiendo una larga cuerda pero la superficie comenzó a deformarse y surgieron estas máscaras para el rostro:



También he encontrado información sobre una organización benéfica que logra recaudar fondos para personas con discapacidad intelectual mediante un movimiento que se llama: Máscaras de aliento.
Cualquiera puede participar.
Aquí dejo algunas imágenes de los trabajos y el enlace a la página de la asociación.




  http://www.mascarasdealiento.org/galeria.html

MI CONCEPTO DE MÁSCARA:

Lo de definir qué es una máscara me parece un tanto relativo.
Literalmente todos sabemos lo que es, un complemento, generalmente decorativo y utilizado para disfrazarse, que se coloca sobre la cara. Pero si nos metemos con significados más subjetivos podríamos encontrarnos con una definición de lo más sorprendente. Por ejemplo, una máscara puede servir para reflejar el estado de su portador, o lo que quiere que los demás vean de él. También podría ocultar su verdadera naturaleza.
No sé por qué motivo pero para mí la palabra máscara viene acompañada de un fuerte sentido onírico, tal vez sea por eso de que puede transformar completamente a quien la lleve.

jueves, 4 de octubre de 2012

RELATO VISUAL

Objetos seleccionados:























































Relato:

MI VIAJE A TÚNEZ


Cuando cumplí los veinte ya estaba harta de todo y de todos.
Sólo pensaba en irme; y por eso en cuanto se me presentó la oportunidad, me largué.
Paseaba por las calles de mi ciudad, asqueada como siempre, lo tengo todo tan…visto, cuando de repente vi el cartel, uno de tantos, pero este me llamó la atención, tal vez fuese el destino, me gusta creer en esas cosas, o tal vez me fijase en las enormes letras que decían: ÁFRICA. Caray, África…suena diferente a todo lo que estoy acostumbrada. Arranqué el papel y en casa me paré a leerlo detenidamente, no era ostentoso, ni habían usado miles de colores llamativos, pero ahí estaba, y yo al mirarlo soñaba con lugares y personas diferentes; aventuras, eso es lo que necesito.
Por eso no me costó nada decidirme, al día siguiente ya tenía una bolsa de equipaje y estaba en el aeropuerto comprando un billete de ida a Túnez.
Por supuesto no sabía dónde me estaba metiendo, ni había preparado nada especial, ni buscado ningún tipo de alojamiento, improvisaría sobre la marcha.
Era tarde, al llegar, me sorprendí a mí misma no sorprendiéndome nada, este aeropuerto es igual al que he dejado atrás, ¿por qué me esperaba algo diferente?...bueno, sí, hay algo que no me cuadra del todo, ¿y las mujeres?, tendré que acostumbrarme, no es la misma cultura.
Me dirigí a una ventanilla sobre la que estaba escrita la palabra: cambios; necesito dinares si quiero moverme por aquí.
Al salir a la calle para buscar un taxi…que decepción, Túnez capital me recuerda a Salou…
El taxista me llevó a un hotel que él mismo decidió, y otra decepción, está atestado de gente de la que quería escapar, cientos de turistas con cara de lelos, que cuando se van de vacaciones les da por cambiar su indumentaria mezclando las cosas que llevan habitualmente con lo que compran en las tiendas o los puestos locales.
Me digo a mi misma que será solo hasta que conozca un poco el lugar.

A la mañana siguiente me fui de paseo, nada más salir por la puerta vi la playa, prácticamente vacía y por la cuidad, comercios aquí, mercadillos, allá…yo sólo quiero conocer gente interesante.
Me metí en un mercado abarrotado de artículos de todo tipo, y en un pequeño puesto de preciosos pañuelos había un tendero de lo más agradable. Era un hombre de mediana edad que dijo que se llamaba Abdul, y pasé mucho tiempo hablando con él. Le conté mi historia y por qué había ido una mujer joven y sola hasta Túnez. Después de confirmarme que en la capital no me perdía gran cosa, me dijo que tenía un hijo de más o menos mi edad que seguro estaría dispuesto a enseñarme algunos lugares interesantes por un precio menor al que ofertaban los panfletos que hay en la recepción del hotel. Me pareció una gran idea porque quería ver cosas, y concertamos una cita para la mañana siguiente, su hijo vendría a buscarme al hotel a las 8:30h, Abdul se encargaría de describirle mi aspecto y me dio un pequeño broche con forma de araña en el que había incrustada una piedrecita azul muy brillante, para que me lo pusiese y así su hijo me reconociese más fácilmente. Nos despedimos con un fuerte abrazo, da gusto conocer a personas tan agradables.
A la mañana siguiente yo estaba puntual en la recepción, con mi broche azul, y entonces se me acercó un joven con una gran sonrisa pintada en la cara.
-         -    Soy Hisham, el hijo de Abdul, pero puedes llamarme Hish. Yo seré tu guía  -.
No me esperaba para nada alguien como él, parece emocionado, sus enormes ojos negros brillan bajo los fluorescentes.
Para qué engañarnos, me fascinó desde el principio.
Hish tenía un viejísimo todoterreno, de hecho, me sorprendió que funcionase, tenía un aspecto lamentable, pero el entusiasmo de mi guía era de lo más contagioso, y tras un largo viaje en el que hablamos de nuestras cosas, me encontré a mi misma contemplando un desierto, un maldito desierto…era como si lo estuviese soñando todo, en fin, la gente normal como yo sólo ve este tipo de lugares por televisión. Era sobrecogedor. De repente me sentí pequeña, e instintivamente alargué mi mano hacia mi cuello, de donde pendía un colgante con forma de un pequeño silbato de plata que me regaló mi madre cuando era pequeña, diciéndome que si alguna vez me perdía lo hiciera sonar, ¿qué tontería, no?
Pasamos bastante tiempo recorriendo lo que calculé sería una pequeñísima parte de aquel lugar cuando de repente vimos unos hombres a lo lejos con unos cuantos dromedarios; y yo que pensaba que esto solo pasaba en las pelis…
Eran unos bereberes con los que Hish se puso a hablar en árabe, por lo que no me enteré de nada ya que nosotros nos comunicábamos en francés, pero al cabo de unos veinte minutos, yo estaba subida a la joroba de uno de los dromedarios paseándome por medio de la nada, era simplemente genial.
La pequeña caravana que habíamos formado se detuvo en un oasis para que los animales bebiesen agua. Allí había multitud de piedras lisas y blancas que llamaron mi atención, por lo que guardé una redondeada en mi bolsa.
Seguimos el paseo y volvimos a nuestro coche, de vuelta al hotel, pero con una promesa de más cosas nuevas al día siguiente.
Hish me sorprendió llevándome por la ciudad, a una pequeña tienda que por fuera no habría sabido adivinar de qué era. Resultó ser una tetería, y al entrar me llamó la atención toda la gente que había sentada en unos cojines circulares muy cerca del suelo y en torno a pequeñas mesitas circulares también, todos fumaban…había cachimbas de todos los colores y tamaños, con más o menos tubos.
Fuimos a una mesa como las demás y Hisham pidió por los dos. El camarero trajo dos tés, y por lo que probé, el mío era de almendras, estaba delicioso. También nos ofreció unas pastillas de carbón que Hish expertamente colocó en la cachimba que teníamos entre los dos. Yo nunca había probado a fumar en un chisme de estos, asique me dio la tos y sentí como mi garganta se irritaba por momentos, pero el regusto que dejaba el tabaco era dulce y agradable.
Al salir me encontraba un tanto mareada, y los fuertes olores a especias y tabaco no ayudaban demasiado pero estaba contenta, estaba haciendo lo que quería, cosas nuevas que no había probado y me estaba divirtiendo.
Volvimos al mercado en el que conocí al padre de Hish, y allí seguía el viejo Abdul vendiendo sus pañuelos. Fui a devolverle el broche que me había prestado, pero negó con las manos, diciendo que era un amuleto que me ayudaría el resto de mi vida, para que nunca me sintiese como antes de venir a Túnez. Muy agradecida y emocionada me despedí de él, puesto que pronto tendría que volver a casa.
Nos montamos en el coche y Hish me dijo que me llevaría a conocer el pueblo en el que vivía pero primero pasamos por el hotel para recoger mis cosas. Dejé las llaves al recepcionista y volvimos a la carretera. Estaba francamente agotada por lo que me quedé dormida en el trayecto y cuando desperté, vi al frente un pequeño pueblecito de casas blancas de baja estatura, con ventanas y puertas coloreadas de azul, era realmente bonito…Medina, un lugar humilde, el hogar de Hish.
Fuimos a su casa, sencilla, con pocas cosas, pero ante todo acogedora, había velas por todas partes colocadas algunas en el suelo, otras en porta-velas decorados con las más elaboradas filigranas. Concretamente llamó mi atención uno de cristal verde que tenía un enrejado de flores plateadas.
Pasamos la noche hablando, ninguno de los dos quería dormir, al día siguiente me marcharía, y queríamos aprovechar mis últimas horas en el continente.
Inevitablemente nos quedamos dormidos, el uno junto al otro y al despertar, temprano nos fuimos de vuelta al aeropuerto. 
La despedida fue mucho más emotiva de lo que me habría podido imaginar, no quería irme, y dos lágrimas resbalaron por mis mejillas, Hish las recogió con los dedos y luego depositó un suave beso en mis labios.
Cuando subí al avión me encontraba bastante mareada, un mar de emociones me recorría por dentro, había sido un viaje maravilloso, había hecho muchas cosas y lo había conocido a él, asique estaba triste por tener que irme y contenta por todas las experiencias que me llevaba de vuelta conmigo.
Abrí mi bolsa para sacar el reproductor de música y dentro estaba el precioso porta-velas verde que tanto me había gustado…Hish debió de darse cuenta cuando lo miraba, pensé en lo mucho que lo iba a echar  de menos, y tenía razón. Aún hoy después de dos años me acuerdo del joven y moreno chico de ojos negros y de las cosas que pasamos juntos.
Quién sabe si algún día lo volveré a ver.


Relato visual:








Autocrítica:

Creí que lo más apropiado para un relato visual era una foto; como se suele decir, a veces una imagen vale más que mil palabras. Por eso me pareció una forma estupenda de representar mi historia.
Es un relato bastante elaborado, y con una mezcla importante de contenidos reales y ficticios, ambientado en el presente y contado desde la primera persona, osea que realmente es autobiográfico y por esa razón, la fotografía es también un autorretrato.
Escogí esos elementos porque todos ellos tienen un significado especial para mí, y al pensar en qué podría contar se me ocurrió hacer algo que transcurriese en torno a la cultura Árabe, puesto que dos de los objetos que elegí están directamente relacionados con ella, y los demás los fui entrelazando a medida que la historia cobraba sentido.
Una vez leída la historia, te das realmente cuenta de que la fotografía tiene gran significado, y que no hace falta mucho más para expresar algo tan complejo.
No sé si es algo que todo el mundo entenderá, pero en mi opinión la imagen está clara, y el significado está en la mirada, fija en el frente, cuenta mucho más de lo que parece.